lunes, 12 de octubre de 2009
Los números y la vida
domingo, 11 de octubre de 2009
Los mejores trabajos

El análisis de career.cast.com ha sido recogido, entre otros medios, por el diario The Wall Street Journal. Se cuantifican varios factores de los 200 empleos, que se clasifican en lo que llaman los 5 "Core Criteria;" es decir, las categorías que son inherentes a cada trabajo: entorno laboral, ingresos, posicionamiento en el mercado laboral presente y futuro, estrés y esfuerzo físico. En http://www.careercast.com/jobs/content/JobsRated_Methodology se puede encontrar un detallado análisis de la metodología empleada, así como una buena colección de comentarios de internautas.
Esta es la lista de los 10 mejores empleos, acompañada de una breve descripción de las tareas que realizan:
1. Matemático.
Aplica teorías matemáticas y ecuaciones para enseñar o resolver problemas en finanzas, educación, industria.
2. Estadístico en seguros.
Interpreta estadísticas para determinar probabilidades de accidentes, enfermedades, muertes, pérdidas de propiedades por robos y desastres naturales.
3. Estadístico.
Tabula, analiza, e interpreta los resultados numéricos de experimentos y estudios.
4. Biólogo.
Estudia la relación entre plantas y animales con su entorno.
5. Ingeniero de Software.
Investiga, diseña, desarrolla y mantiene sistemas de software.
6. Analista de Sistemas de Computadores.
Diseña y desarrolla sistemas de computación para empresas e instituciones científicas.
7. Historiador.
Analiza y registra la información histórica de una época o de acuerdo a un área de conocimiento.
8. Sociólogo.
Estudia el comportamiento humano mediante el examen de la interacción de grupos sociales e instituciones.
9. Diseñador Industrial.
Diseña y desarrolla productos industriales.
10. Contable.
Prepara y analiza los resultados financieros de la empresa para asistir a la dirección de la misma, a la industria o al gobierno.
Tampoco están mal situados los filósofos (puesto 12), los físicos (13), los astrónomos (20), o los geológos (30).
Debemos observar que en el contexto español, los tres primeros empleos se pueden considerar en el ámbito de las matemáticas, pues los estudios de Estadística están incluidos habitualmente en esta disciplina.
En cambio, las peores profesiones serían: leñador; granjero; taxista; pescador; técnico de emergencias médicas; reparador de tejados; basurero; soldador; peón; trabajador metalúrgico. Los bomberos, los técnicos de centrales nucleares y los cuidadores infantiles también están en esta parte del ránking.
El estudio valora peor las profesiones de mayor esfuerzo y riesgo físicos; aquéllas con duras condiciones ambientales físicas –humos o compuestos tóxicos- y emocionales –alta competitividad, trato directo con el público, responsabilidad sobre otros (lo que explica la mala puntuación de los cuidadores infantiles); y con una alta tasa de paro en años recientes. También restan puntos las jornadas muy prolongadas.
Los matemáticos ‘sacan’ la mejor nota al sumar los apartados anteriores. El trabajo reconoce así que la profesión de matemático tiene y seguirá teniendo demanda en el mercado de trabajo, entre otras cosas por su versatilidad.
Como explica el Departamento de Trabajo estadounidense, un matemático puede emplearse desde en la universidad hasta en un laboratorio médico, una productora de cine, en el sector informático, financiero, farmacéutico, aeroespacial o incluso en aseguradoras, en dirección y gestión de la investigación y el desarrollo y en consultoría técnica, siendo en Estados Unidos el Gobierno, tanto Federal como el de los diferentes Estados uno de los mayores contratadores de matemáticos.
Este organismo estima en su Guía Ocupacional 2008-2009 que la demanda de matemáticos subirá en un 10% de aquí a 2016.
Para más información:
Estudio de CareersCast.com
http://www.careercast.com/jobs/jobsRated
http://www.careercast.com/jobs/content/JobsRated_Methodology
Estudio de la RSME:
http://www.rsme.es/comis/prof/RSME-ANECA.pdf
Departamento de Trabajo Estadounidense
http://stats.bls.gov/oco/ocos043.htm
Información de la Sociedad Americana de Matemáticas
http://www.ams.org/employment/whatmathematiciansdo.html
Por Manuel de León
Coordinador de SIMUMAT
Fuente: Matemáticas y sus fronteras
sábado, 10 de octubre de 2009
Nociones Geométricas
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
jueves, 8 de octubre de 2009
Acertijos que valen un millón de dólares
1. Conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer
Relacionada con el último teorema de Fermat, se pregunta “en qué condiciones el número de puntos racionales sobre una curva elíptica es finito”. Bebe de la obra de Grothendieck.
Es el más técnico. Tras corregir Grothendieck una primera versión, dice que “en una variedad algebraica proyectiva todo ciclo de Hodge es combinación lineal racional de ciclos algebraicos”.
Describen el movimiento de los fluidos. Consiste en “demostrar que para ciertas condiciones iniciales, existen soluciones suaves globalmente definidas”.
Es el único resuelto. El ruso Grigori Perelman demostró en 2003 que “toda variedad tridimensional cerrada y simplemente conexa es homeomorfa a la esfera”.
El más codiciado. Conjetura que “todos los ceros no triviales de la función zeta de Riemann caen sobre la misma recta vertical”.
Generalizan la teoría electromagnética de Maxwell y unifican las fuerzas de la naturaleza. El Instituto Clay propone desarrollar el aparato matemático necesario para comprenderlas.
Cerebros fuera de serie

Pero para el economista John Keynes, Newton fue “el último de los magos”. Sus trabajos sobre ocultismo abordaron la alquimia, las profecías reveladas en la Biblia –predijo el fin del mundo para 2060–, el esoterismo, las sociedades secretas o la Atlántida.

Durante la Segunda Guerra Mundial trabajó en Bletchley Park, el centro de criptografía del Reino Unido. Cuando se le requería para una reunión en Londres, corría 40 kilómetros hasta la ciudad. Su homosexualidad le costó el despido y cargos criminales.
Murió tras comer una manzana envenenada con cianuro, pero aún se discute si fue un suicidio teatral –’Blancanieves’ era su cuento favorito– o un asesinato.

La figura de John Forbes Nash (Bluefield, EEUU, 1928) captó la atención del público a raíz de su biografía llevada al cine en ‘Una mente maravillosa’, ganadora de cuatro Oscars.

El ruso Grigori Perelman (Leningrado, 1966) resolvió la Conjetura de Poincaré, un problema propuesto en 1904 y que se resistió al asedio de los matemáticos durante casi un siglo. Perelman es un gran ego científico envuelto en una extrema austeridad personal. En una ocasión se negó a entregar un currículum porque juzgaba que su trabajo ya era suficientemente conocido. En 2006 rechazó la medalla Fields, el Nobel de las matemáticas, además de otros galardones y cargos de prestigio en universidades de EEUU. Vive con su madre en un humilde piso en San Petersburgo y ha dejado su puesto en el Instituto Steklov. Según algunas fuentes, ha abandonado las matemáticas.

El húngaro Paul Erdös (Budapest, 1913-Varsovia, 1996) careció de residencia durante 50 años. Cuentan sus biógrafos que se presentaba por sorpresa en casa de algún colega con una frase –”¡Mi cerebro está abierto!”– y una maleta que contenía todas sus posesiones.
Allí se dedicaba, en colaboración con su anfitrión, a escribir trabajos sobre combinatoria o teoría de números, hasta que llegaba el momento de marcharse para llamar a otra puerta. Creía en un dios al que llamaba el Fascista Supremo, porque guardaba para sí las demostraciones más bellas de los teoremas, reunidas en lo que Erdös llamaba ‘El Libro’. Adicto a las anfetaminas, donó la mayoría de sus premios a los necesitados.

En el elenco de científicos que han destacado por sus manías, pocos lo han llevado tan lejos como Kurt Gödel (Brno, 1906-Princeton, 1978). Nacido en la antigua Austria-Hungría, trabajó en Viena y viajó a EEUU, donde trabó amistad con Einstein. Huyó de la Alemania nazi para establecerse en la Universidad de Princeton.
Sus trabajos en teoría de conjuntos y lógica influyeron en matemáticos y filósofos. En sus últimos años no comía nada que no hubiese catado su mujer, Adele, por miedo a ser envenenado. Cuando ella no pudo hacerlo por ingresar en un hospital, Gödel dejó de comer. En el momento de su muerte por inanición, pesaba 30 kilos.
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Escher y las matemáticas

Fuente: Jose María Alfaro Roca
domingo, 27 de septiembre de 2009
Los códigos del algebrista
Sólo en los años 50 del pasado siglo, el grupo Bourbaki declaraba: “actualmente consideramos como el problema esencial del Álgebra el estudio de las estructuras algebraicas, por sí mismas”. Esa concepción se fue imponiendo, aumentando el nivel de abstracción hasta alcanzar incluso lo que irónicamente se llegó a denominar “abstract non-sense”. De hecho se ha dicho que son “los Picassos de las matemáticas la geometría algebraica y teoría de categorías -áreas que llevan la abstracción en matemáticas al extremo”. Pero una vez más, la irracional eficacia de las matemáticas abstractas ha producido que se empleen en lenguajes de programación, en codificación de datos y en criptografía. Si la ruptura de códigos criptográficos condujo al ordenador digital, las necesidad de códigos seguros ha impulsado fuertemente el álgebra. Pero como describía el inventor del ciberespacio, William Gibson, “eso no es más que un subproducto de lo que sea que hace con sus teorías. [El matemático] parece considerar enormemente cómico que pueda tener alguna aplicación práctica” (Pattern Recognition, 2004).
Cuando se cumplen 30 años del primer uso en España del código de barras, es poco conocido que el último dígito de cada uno de ellos es un cálculo algebraico que asegura su corrección, de modo análogo a los dígitos de control (D.C.) que incluyen los números de cuentas bancarias. Y al igual que el Código Cuenta Cliente (C.C.C.) permite detectar e incluso corregir algún error, en ocasiones de los códigos de barras se puede extraer información inesperada. El dibujante Andrés Rábago García, El Roto, publicó el día 1/noviembre/2006 una viñeta en la que, en un marco de cipreses, aparece una tumba sin nombre pero con un nítido código de barras. La irónica reflexión sugerida va desde la pérdida de identidad personal por la moderna tecnología a la mercantilización de la actividad funeraria. Prestando atención al código de barras, bajo las 30 barras leemos el número 978053319061; la verificación algebraica asegura que es un código EAN correcto, que corresponde a un libro en inglés. En esa “alucinación consensuada”, el ciberespacio, “donde no hay un donde” cualquiera encuentra inmediatamente la referencia completa: Art of the Japanese Postcard de J. Thomas Rimer, Kendall H. Brown y Anne Nishimura Morse, publicado por Lund Humphries en 2005. Es coherente que entre las lecturas de un artista gráfico se encuentre ese libro; e incluso que en su subconsciente se fije ese código que traslada a su creación. Más que la polisemia de una viñeta, nos sobrecoge la disponibilidad de datos, aquí intrascendentes, pero en otras ocasiones relevantes respecto a la intimidad personal. Como ya decía William Gibson: “ …somos una economía de información. Te lo enseñan en la escuela. Lo que no te dicen es que es imposible moverse, vivir, actuar a cualquier nivel sin dejar huellas, pedacitos, fragmentos de información en apariencia insignificantes. Fragmentos que pueden ser recuperados, amplificados.” (Burning Chrome,1986). Por eso es necesario comprender el uso y la semiótica de los códigos que nos rodean para poder defender el derecho democrático de la intimidad, sin dejarse engañar por las promesas de mayor seguridad en un mundo convulso. Al menos de forma lateral, los algebristas se dedican también a estudiar y explicar codificación, e incluso a predecir sus consecuencias.